Por Luis Martínez Alcántara
Durante el funeral de Rigoberto Martínez Sandoval, entrenador de basquetbol de niños triquis, los pequeños que entrenaba lo despidieron lanzando balones de basquetbol al aire, un emotivo gesto que simboliza el legado que deja en sus corazones.
El asesinato de Rigoberto Martínez Sandoval, entrenador de basquetbol de niños triquis, conmocionó a la comunidad de Oaxaca. El trágico suceso ocurrió el 11 de noviembre en Putla de Guerrero, donde Martínez fue atacado a balazos frente a la Escuela Normal Lázaro Cárdenas. A sus 34 años, era conocido por su dedicación a los jóvenes, formando parte del proyecto “Niños Descalzos de la Montaña”, que ha ganado notoriedad internacional por sus logros deportivos.
Martínez se encontraba realizando prácticas con su equipo cuando fue emboscado. Según informes, intentó refugiarse en la escuela tras ser perseguido por sus atacantes. Este acto violento no solo ha dejado una profunda herida en su familia y amigos, sino que también ha generado indignación en la comunidad triqui, que exige justicia y seguridad en la región. El Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT) ha expresado su dolor y ha solicitado a las autoridades que se investigue el crimen.
La vida de Rigoberto Martínez estuvo marcada por su compromiso con el deporte y la educación. Además de ser entrenador, era docente en una comunidad cercana, donde trabajaba para ofrecer oportunidades a los jóvenes a través del basquetbol. El proyecto “Niños Descalzos” no solo buscaba fomentar habilidades deportivas, sino también proporcionar un camino hacia un futuro mejor para los niños triquis, quienes han enfrentado numerosas adversidades.
El asesinato ha provocado movilizaciones y protestas en Oaxaca y la comunidad unió en un llamado a las autoridades para que se detenga la violencia que afecta a la región. La muerte de Rigoberto Martínez es un recordatorio doloroso de la violencia que persiste en muchas comunidades de México y resalta la necesidad urgente de proteger a quienes trabajan por el bienestar de los jóvenes. La memoria del entrenador vivirá en cada niño que soñó con un futuro mejor gracias a su dedicación y esfuerzo.