Por Luis Martínez Alcántara

 

Manmohan Singh, un destacado economista y político indio, falleció a los 92 años, dejando un legado imborrable en la historia económica de India. Nacido el 26 de septiembre de 1932 en Gah, Punjab, Singh fue el primer ministro de India entre 2004 y 2014, siendo el primer sikh en ocupar este cargo. Su trayectoria estuvo marcada por su compromiso con la economía y su papel fundamental en la liberalización del país, lo que le valió ser reconocido como el artífice de la transformación económica india.

 

Antes de convertirse en primer ministro, Singh ocupó varios cargos importantes en el gobierno indio. Se desempeñó como Ministro de Finanzas desde 1991 hasta 1996, donde implementó reformas económicas cruciales que ayudaron a rescatar a India de una crisis financiera. Su enfoque liberalizador fue innovador para la época, promoviendo la apertura del mercado y la atracción de inversiones extranjeras. Además, fue gobernador del Banco de la Reserva de India y jefe de la Comisión de Planificación, lo que cimentó su reputación como un experto en políticas económicas.

 

Las reformas introducidas por Singh en los años 90 transformaron radicalmente la economía india. Bajo su liderazgo como Ministro de Finanzas, se eliminaron muchas restricciones comerciales y se fomentó un ambiente propicio para el crecimiento empresarial. Estas medidas no solo estabilizaron la economía, sino que también sentaron las bases para un crecimiento sostenido durante las décadas siguientes. La liberalización económica impulsó a India hacia un camino de modernización y desarrollo, convirtiéndola en una de las economías emergentes más importantes del mundo.

 

Durante su mandato como primer ministro, Singh continuó promoviendo políticas que favorecieron el crecimiento económico y la inclusión social. Su gobierno se centró en reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida a través de programas sociales y desarrollo rural. A pesar de enfrentar críticas por su estilo de liderazgo y algunos escándalos políticos, su legado económico perdura. Se le atribuye haber creado una clase media vibrante en India y haber integrado al país en la economía global.

 

La muerte de Manmohan Singh representa una pérdida significativa para India y para aquellos que valoran su contribución a la economía mundial. Su visión y liderazgo transformaron no solo el panorama económico indio, sino que también inspiraron a otros países en desarrollo a seguir un camino similar hacia el crecimiento y la modernización. Su legado como un líder comprometido con el progreso económico será recordado por generaciones futuras.