Por Luis Martínez Alcántara
Yamandú Orsi, candidato del Frente Amplio (FA), es el claro favorito para las elecciones presidenciales de Uruguay el próximo domingo 27 de octubre de 2024. Las encuestas lo sitúan al frente con un 46% de intención de voto, superando por más de 20 puntos a su principal contendiente, Álvaro Delgado del Partido Nacional (PN), que alcanza el 20.2%. La tercera fuerza en competencia es el Partido Colorado, liderado por Andrés Ojeda, con un 15% de apoyo.
El liderazgo de Orsi se ha consolidado en las últimas semanas, debido a su enfoque en temas sociales y económicos que resuenan con gran parte del electorado. Su propuesta de cambio y renovación, junto con su estrecha relación con figuras como el expresidente José Mujica, han fortalecido su posición frente a un gobierno de centroderecha que muchos ven como necesitado de relevo.
Orsi, exintendente de Canelones, centró su campaña en promesas de justicia social, mejor distribución de la riqueza y un impulso a los programas sociales que marcaron los gobiernos anteriores del Frente Amplio. Esto ha generado un fuerte apoyo entre los votantes jóvenes y de clase trabajadora, sectores clave para su campaña.
A pesar de su liderazgo en las encuestas, se espera que la elección se defina en una segunda vuelta, programada para noviembre, si ninguno de los candidatos logra el 50% más uno de los votos. En este escenario, las proyecciones indican que Orsi vencería a Delgado con una ventaja de 10 puntos.
Las encuestas muestran que el 11% del electorado sigue indeciso, lo que añade un elemento de incertidumbre. No obstante, el apoyo constante al Frente Amplio desde el inicio de la campaña y la creciente percepción de que Uruguay necesita un cambio político posicionan a Orsi como el principal contendiente a la presidencia.
Este domingo será crucial para definir si el Frente Amplio regresa al poder, en lo que se anticipa como una de las elecciones más importantes de los últimos años en Uruguay.