La primera reunión entre la presidenta electa Claudia Sheinbaum y una delegación del gobierno de Estados Unidos, encabezada por Elizabeth Sherwood-Randall, asesora en Seguridad Nacional del presidente Joe Biden, fue amistosa, de acercamiento y sin acuerdos; sólo intercambiaron puntos de vista en materia de comercio, seguridad y migración.

“Fue reunión muy cordial, hablamos en general, sin evidentemente ningún acuerdo, una plática informal”, explicó Sheinbaum en una conferencia de prensa al finalizar la reunión.

Los temas que discutieron los dos equipos, a grandes rasgos y sin llegar “a detalles ni mucho menos”, fueron la relación comercial entre México y Estados Unidos en el futuro, así como seguridad, migración y el ingreso ilegal de armas a través de la frontera que comparten ambos países.

Fueron dos comitivas fueron pequeñas y estuvieron conformadas, del lado norteamericano, por la asesora en Seguridad Nacional de Biden, Elizabeth Sherwood-Randall, y el Embajador en México, Ken Salazar.

Del lado mexicano acompañaron a Sheinbaum su coordinador de transición, Juan Ramón de la Fuente, y el exsecretario de Seguridad en Ciudad de México Omar García Harfuch, muy probable sustituto de Rosa Icela Rodríguez, en la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana federal.

Para México, la relación con Washington es sumamente importante, no solo porque comparte problemas que afectan a ambos al tener una frontera común de más de 3,000 kilómetros, sino por ser uno de los socios comerciales clave.

En febrero pasado, México superó por primera vez a China como principal exportador de Estados Unidos desde 2002, por un monto de 475 mil 606 millones de dólares registrados el año pasado.

El encuentro duró alrededor de una hora y se llevó a cabo por solicitud de la comitiva estadounidense, que estaba de visita para encontrarse con López Obrador, según detalló De la Fuente al llegar a la sede de campaña de Sheinbaum.

La constante en la conversación, dijo Sheinbaum, fue la “colaboración a partir del primero de octubre”, la fecha en que tomará posesión como presidenta de la República.

“Hablamos de nuestro interés de seguir colaborando a partir del entendimiento bicentenario como se ha hecho hasta ahora”, aseguró Sheinbaum.

Sobre el tema de seguridad, que es uno de los puntos que más importa a Estados Unidos del lado sur de su frontera, ha puntualizado que buscará “seguir llevando esa relación que permite una relación de igualdad y colaboración entre ambos países”.

Luego, Sheinbaum compartió un mensaje en X, antes Twitter, con una fotografía junto a Sherwood-Randall, que acompañó con el siguiente mensaje: “Continuaremos con la política de amistad, diálogo y entendimiento, con respeto a nuestra soberanía”.

No ha querido dar mayores detalles de lo que será la política que asuma en algunos temas que afectan a la relación bilateral, como por ejemplo, qué hará con los controles en las fronteras sur y norte. “No llegamos a ningún acuerdo”, dijo, “sino sencillamente seguir platicando”.

La futura presidenta solo ha rescatado sus promesas de campaña en el asunto de seguridad, cuya política tendrá dos ejes: la atención a las causas y la disminución de la impunidad.

Consultada por la prensa, la presidenta electa ha negado tener a la vista algún viaje planeado a Estados Unidos. “No tengo pensado ir hasta este momento, hay mucho trabajo”, precisó.

Los 26 minutos que duró la conferencia de prensa, giraron en torno a una de las máximas preocupaciones que invaden ahora el escenario político nacional, que es la idea de sacar adelante la reforma judicial de López Obrador.

Una iniciativa que el mandatario saliente busca que se apruebe con la nueva mayoría calificada -dos tercios del Congreso-, que tomará posesión para la próxima 66 Legislatura, el 1 de septiembre.

En su primera conferencia de prensa el pasado lunes, Sheinbaum aseguró que acordó con López Obrador llevar a cabo un gran debate con amplios sectores de la sociedad para tratar el tema de la reforma judicial antes del nuevo periodo legislativo.

“Voy a proponer que se haga una encuesta a ver qué opina el pueblo sobre el Poder Judicial”, ha agregado ayer martes.

En respuesta a esa postura, el peso amaneció otra vez en caída libre, por octavo día consecutivo, y hoy llegó a cotizar hasta en 18.99 pesos por cada dólar estadounidense, como respuesta de los mercados financieros al impulso obradorista a esas reformas.

 

Nota de Abel López Jiménez.