El problema del desabasto de agua en México es latente y el llamado “Día Cero” se acerca cada vez más: “Nos referimos a un periodo en el futuro en el que no podremos suministrar o abastecer la cantidad de agua que actualmente requerimos”, alerta Mario Hernández Hernández, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
“Esto de llegar al Día Cero tiene múltiples factores que lo pueden provocar, como el hundimiento del terreno, dado que se extrae el agua que permite que el suelo permanezca estable, y si le quitamos la parte que soporta el peso, que es el agua, queda endeble y puede compactarse”, señaló en el marco de las celebraciones ayer por el Día Mundial de la Tierra.
El especialista reconoció que es posible un Día Cero en México, el cual podría darse en las urbes del norte de la República, por ejemplo, Tijuana. “Es una ciudad con unos dos millones de habitantes que utiliza mucha agua subterránea, que es la principal fuente, pues hay pocos escurrimientos”, expuso.
También explicó que el problema que presenta Tijuana es que el líquido llega a través de un acueducto desde la desembocadura del río Colorado. “Es agua superficial, pero proviene de otra cuenca y recorre una gran distancia para traerla limpia”.
De la Ciudad de México y su zona conurbada, el experto dijo que “estamos pasando por un periodo intenso de sequía, que en varios años no ha permitido la recarga suficiente del sistema de abastecimiento que tradicionalmente se utiliza en la capital del país”.
Y recordó como Monterrey estuvo cerca hace dos años del Día Cero. “Hubo una menor disponibilidad del líquido en el sistema de presas que abastece a esa urbe, y se dieron cambios en los regímenes de precipitación”.
Se resolvió el asunto recurriendo a nuevos suministros de agua, otra vez cada más lejanos a la ciudad, destacó el especialista.
“Hay múltiples problemáticas relativas al agua en nuestro territorio, el cual es bastante diverso respecto a su topografía, como dónde está disponible el agua. Tenemos básicamente tres zonas: el centro, el sureste y el noreste, y en cada una es distinto”, precisó Hernández a través de un artículo.
Al respecto, el World Resources Institute (WRI) cuenta con un mapa que revela los estados y ciudades de México con un riesgo superior al 80% de sufrir estrés hídrico en 2030.
Estos son algunos de ellos: En Baja California, Arroyo Las Animas y Arroyo Santo Domingo; Baja California Sur, Arroyo Venancio y Arroyo Salado; Sonora, Bamorí, Matape, Concepción, Arroyo Cocaspera, Bacoachi; Chihuahua, en Casas Grandes, Conchos, Lagunas Bustillos y Mexicanos; en Tamaulipas, Matamoros y Reynosa; Nayarit, en Chacala; Colima, en Armería y Coahuayana; Jalisco, en Ameca, Ixtapa, Santiago Guadalajara; Michoacán, en Tepalcatepec e Infiernillo; Zacatecas, en Río Grande; Guanajuato, el Río Laja; San Luis Potosí, la Presa San José; Estado de México, en Toluca, y la Ciudad de México.
El WRI explica que el estrés hídrico es cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad. México ocupa el lugar 24 en cuanto a estrés hídrico, según los “Rankings de Estrés Hídrico Nacional” de ese Instituto.
Pero existen casos en que la sequía está causando graves daños, como es el caso de los emblemáticos lagos de Cuitzeo y Páztcuaro, en el estado de Michoacán, los que están al borde de la desaparición por la grave escasez del vital líquido.
El milenario Lago de Pátzcuaro Pátzcuaro a perdido más de la mitad de su agua, por sequías, tala de bosques, huachicoleo de agua, y por residuos de aguas negras en el embalse, informo Alejandro Méndez, secretario del medio Ambiente.
Por tal motivo y debido al descarado saqueo de agua del legendario lago de Pátzcuaro, por los propietarios de huertas de aguacate, conocido como “el oro verde”, de municipios que conforman el embalse, Pátzcuaro, Villa Escalante, Tingambato, Quiroga y Erongarícuaro, las autoridades tomaran medidas más drásticas para tratar de contrarrestar el problema.
Para ello, la Secretaría de Medio Ambiente (Secma) busca decretar 33 mil 374 hectáreas en la cuenca del lago de Pátzcuaro Pátzcuaro a través de las denominadas Áreas Naturales Protegidas (ANP).
En esa región ya existen ocho áreas naturales bajo algún tipo de protección, que en conjunto abarcan más de 9 mil 700 hectáreas, de las cuales 5 mil 49 se encuentran dentro de la cuenca.
Con el apoyo de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la Comisión Forestal de Michoacán (Cofom) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) se realizarán tareas de reforestación y obras de restauración de suelos en puntos específicos de la cuenca para contrarrestar la erosión y azolve por deforestación, una de las principales causas de la sequía en el lago de Pátzcuaro, que ha perdido casi la mitad de su agua.
Nota de Abel López Jiménez.