Hace mucho tiempo que los gobiernos y líderes mundiales debieron hacer caso de las recomendaciones de los científicos sobre la amenaza del cambio climático y hoy están comprobando esas advertencias, como en el caso de Venezuela, donde acaban de informar que se acaba de derretir el último glaciar, de seis que tenía.

Muchos países están buscando nuevas formas de combatir el calentamiento global y el cambio climático, pero puede que ya sea muy tarde. No hay ninguna duda que se debió haber hecho caso a las incesantes advertencias de la comunidad científica sobre el cambio climático y cuidar el planeta.

Ahora están empezando a aparecer las primeras consecuencias irreversibles y tienen un gran impacto en todo el mundo.

Lamentablemente se dio a conocer que el último glaciar de Venezuela ha desaparecido debido a las altas temperaturas que se registran en ese país.

Un glaciar es una gran extensión de territorio cubierta de una capa de hielo y debe tener dimensiones específicas para ser considerado como glaciar.

El mejor momento para Venezuela fue en 1920 donde se tenía un registro de 6 glaciares a lo largo de todo el país, ahora ese número llego a 0.

Esto se vuelve más impresionante al saber que es el primer país en tiempos modernos en perder el 100% de sus glaciares. Lamentablemente la cosa no se detiene ahí, pues el resto de los países van en camino a sufrir el mismo destino.

Para que sea considerado como glaciar, debe tener una extensión de al menos 0.1 kilómetros, una equivalencia a 100 metros cuadrados de puro hielo. El glaciar Humboldt (el último de Venezuela) actualmente tiene una extensión de tan solo 0.02 kilómetros, es decir, apenas 20 metros cuadrados.

Los expertos dicen que para que los glaciares “se regeneren” la temperatura del planeta debe descender drásticamente y pasar varias décadas. El problema es justamente ese, la temperatura en vez de bajar, no para de subir y hasta el día de hoy no hay forma de evitarlo o al menos reducir el calentamiento global.

Los científicos advirtieron durante años que este momento llegaría, pero nadie hizo caso. Ahora que el problema es prácticamente irreparable y es cuando los países empezaron a actuar, pero demasiado tarde…

 

Nota de Abel López Jiménez.