El regreso de Pedri a su verdadera identidad, de nuevo futbolista decisivo, y el descaro en los extremos de Nico Williams y Lamine Yamal, siembran ilusión antes de la Eurocopa 2024, con una remontada exhibiendo pegada ante Irlanda del Norte el día que Álvaro Morata se convirtió en el cuarto máximo goleador de la historia de la selección española.

Le esperó Luis de la Fuente el tiempo que hizo falta. Una plaza para la Eurocopa estaba reservada para Pedri. Un futbolista especial de los que permite dar un salto de calidad para aspirar a lo máximo. Para ello tendrá que ajustar España ciertos desajustes defensivos, quizás por falta de intensidad por el nombre del rival pero su inicio en Son Moix no pudo ser peor.

Un falta lateral al minuto y diez segundos encontró el despiste en su marca de Nico Williams y el cabezazo de Ballard. Uno de los pocos aspectos ofensivos a vigilar del rival se ignoró y el vuelo de Unai Simón no fue suficiente. Tocó el balón pero no pudo evitar el tanto.

España empezó con una falta de intensidad que en un torneo grande te manda para casa cuando te quieres dar cuenta. Le Normand cazó a un rival con un fea entrada para evitar el segundo en otro desajuste y Fabián perdía un balón donde no se debe para que Price perdonará en el segundo palo un nuevo tanto.

El despertar llegó con el impulso y la personalidad de Pedri. Con un premio rápido para la selección española en cuanto se comenzó a parecer a sí misma. En 19 partidos no había marcado con la selección y con un derechazo ajustado al poste, el isleño inició una reacción repleta de autoridad.

Ya se había enchufado Nico Williams, siempre eléctrico, y la posesión cobró sentido por la profundidad. España jugó con fluidez ante una defensa poblada. Encontró variantes en los extremos. Con destellos de Yamal. Y un futbolista que se transforma cada vez que se enfunda la roja, con sus 38 años, Jesús Navas, que puso el centro medido para la remontada en exprés en seis minutos y la confianza recuperada de Morata.

Es su lucha eterna, siempre obligado a demostrar. Un testarazo que entierra una mala dinámica en su final de campaña y con 35 goles en 73 partidos, ya le sitúa por detrás de Villa, Raúl y Fernando Torres. Siempre grandes referentes. Irlanda del Norte acusó los golpes y se quedó sin reacción ni defensa pese a su planteamiento conservador.

Perdonó el doblete Morata, pero no Pedri cuando Nico y Yamal se adueñaron del partido. A placer llegando desde segunda línea Pedri primero y Fabián después. Dos regalos de dos jugadores que aumentan variantes al estilo de la selección.

Con la goleada y a una semana del estreno, se produjeron de nuevo excesos de confianza. Permitió a Unai Simón desquitarse con una buena mano a Price en una estirada y respirar en la siguiente acción cuando el delantero chutó arriba con todo para marcar.

Los dos partidos elegidos por De la Fuente para preparar la Eurocopa, Andorra e Irlanda del Norte, ya habían cumplido su función. Con todo sentenciado, la segunda parte servía para realizar probaturas. La entrada de los que se perfilan laterales titulares, Carvajal y Grimaldo, los minutos a Laporte que debe demostrar si mantiene estatus de intocable jugando en una liga menor. Y la prolongación del dulce momento de Oyarzabal.

Después de firmar su primer triplete como profesional, marcó en la primera que tuvo. Nico había perdonado el quinto topándose en su disparo cruzado con Peacock-Farrell, que nada pudo hacer ante el hambre de Yamal. Fue con todo a la presión, robó a Price pegado a línea de fondo y regaló su segunda asistencia al toque con fortuna de Oyarzabal.

Unai demostró por qué es intocable en la portería, con la parada del partido cuando Taylor remataba a placer el segundo de su selección tras un contragolpe. Se lanzó con todo y un puño firme dejó una de esas paradas salvadoras que provocaron que su nombre se corease en una grada con menor entrada de la deseada. La afición aún no se enganchó a una selección que siembra ilusión a base de goleadas antes de encarar el reto de ser la primera que conquista cuatro Eurocopas.