Por Redacción:
Estocolmo, 10 de octubre de 2025. El escritor húngaro László Krasznahorkai fue distinguido con el Premio Nobel de Literatura 2025 por “su obra poderosa y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”, anunció la Academia Sueca al dar a conocer el laudo. El autor de Sátántangó y La melancolía de la resistencia se impuso en un año marcado por la discusión sobre el lugar de la ficción en tiempos convulsos.
El veredicto consagra a un narrador de frases torrenciales —a veces novelas enteras en una sola oración—, capaz de combinar humor negro y desasosiego metafísico para retratar comunidades en ruina moral, estados de excepción y la erosión de la esperanza. La nota oficial, que subraya ese “poder del arte” frente a la devastación, dialoga con la lectura crítica que han hecho medios internacionales del fenómeno Krasznahorkai desde hace décadas.
A sus 71 años, el narrador que Susan Sontag llamó el “maestro del apocalipsis” alcanza así el canon Nobel tras medio siglo de escritura y un coro de lectores fieles fuera del circuito masivo. La prensa anglosajona recuerda hoy esa etiqueta —master of the apocalypse— al reseñar el anuncio y trazar el arco que va de su irrupción en la década de 1980 a su consolidación global en el siglo XXI.
Un mundo que se descompone, con ritmo hipnótico
El reconocimiento de Estocolmo valida una poética reconocible: pueblos detenidos en el tiempo, bandas sonoras de tormenta y un hilvanado hipnótico de escenas en espiral. Sátántangó (1985) y La melancolía de la resistencia (1989) —llevadas al cine por Béla Tarr—, Guerra y guerra (1999) o Seiobo abajo (2008) forman un mosaico donde la historia se lee como colapso lento. En el apunte de la Academia, esa constelación se sintetiza como una obra “visionaria” que extrae sentido en medio del derrumbe.
¿Por qué ahora?
Traducciones, influencias y lectores:
Para el público hispano y angloparlante, su entrada al circuito amplio se consolidó con nuevas traducciones y reediciones de sus títulos mayores (entre ellos las versiones al inglés de George Szirtes y Ottilie Mulzet), que lo colocaron en listas de fin de año y clubes de lectura de culto. En paralelo, la crítica ha leído su obra a la luz de Kafka, Beckett o Thomas Bernhard, pero con un pulso propio que rehúye la parábola fácil y hace del detalle y la espera un principio narrativo. (Síntesis a partir de reseñas y perfiles de medios que cubrieron el anuncio).
El día del anuncio
El secretario permanente leyó el fallo en Estocolmo, con transmisión global y agenda de entrevista oficial al laureado donde el escritor, sorprendido y sobrio, habló de la fantasía como fuerza para sobrevivir tiempos difíciles. La ceremonia de entrega será el 10 de diciembre en la capital sueca, junto al resto de los galardones anunciados esta semana.
Lecturas de contexto
En su cobertura, France 24 y Los Angeles Times en Español ponen el acento en la dimensión europea de su alegoría y en el “medio siglo de excelencia” que el comité destacó al cerrar filas en torno a su nombre. En contraste con una narrativa de “urgencias” y actualidad inmediata, el Nobel de 2025 reivindica la ambición formal y la mirada de largo aliento. Time y AP añaden un dato que intriga a los curiosos: una de sus novelas se compone de una única frase, hito que ilustra el compromiso extremo con la forma.