Por Luis Martínez Alcántara 

 

CIUDAD DE MÉXICO.- Luisa María Alcalde, nueva dirigente nacional de Morena, afirmó en su primer discurso que en el partido no hay espacio para prácticas como el nepotismo, amiguismo, influyentismo ni para los aviadores.

Durante la VII Asamblea Nacional Extraordinaria de Morena, se eligió a Alcalde como presidenta del partido. Asimismo, Andrés Manuel López Beltrán, hijo del presidente López Obrador, fue nombrado Secretario de Organización.

La asamblea de Morena fue un espacio clave para la reestructuración del partido, de cara a los próximos retos electorales. En este evento, además de los nombramientos, se hizo un llamado a fortalecer la unidad y la institucionalidad de Morena.

Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional del partido, leyó un mensaje del presidente López Obrador, donde exhortó a los militantes a no repetir los vicios de la política tradicional, como la corrupción y el oportunismo y a siempre poner los intereses del país por encima de todo.

En este mismo contexto, el presidente López Obrador destacó los logros del partido desde su fundación y su éxito electoral en 2021, instando a la dirigencia a mantenerse fiel a los principios que lo han llevado al poder.

La elección de Luisa María Alcalde como presidenta y la incorporación de figuras clave como Andrés Manuel López Beltrán busca consolidar el liderazgo y la organización del partido, asegurando su estabilidad y crecimiento de cara a futuras elecciones.

Se espera que López Beltrán, al frente de la Secretaría de Organización, juegue un papel crucial en la expansión y consolidación de las bases de Morena. Su trabajo consistirá en afiliar nuevos simpatizantes y reforzar la estrategia electoral en las diferentes regiones de México. A pesar de mantener un bajo perfil público y no tener cuentas en redes sociales, López Beltrán ha sido descrito como una figura discreta, pero influyente, y su participación será vital para el futuro del partido.