Por Luis Martínez Alcántara

La Iglesia Católica vivió un momento histórico con la elección de Robert Francis Prevost como el Papa número 267, adoptando el nombre de León XIV. Nacido en Chicago y nacionalizado peruano, es el primer pontífice estadounidense y el segundo del continente americano. Su elección fue anunciada tras la cuarta votación del cónclave, en el segundo día de deliberaciones, marcando un hito en la historia eclesiástica.

León XIV es miembro de la Orden de San Agustín y ha dedicado gran parte de su vida al servicio pastoral en Perú, donde fue obispo de Chiclayo. La fotografía que publicamos del Papa montado en un caballo es cuando era misionero en Perú.  Su experiencia en América Latina ha moldeado su visión pastoral y su compromiso con las comunidades marginadas. En su primer discurso como Papa, destacó la importancia de una Iglesia misionera, acogedora y sinodal, haciendo un llamado a la paz y la unidad.

El nuevo pontífice enfrenta desafíos significativos, incluyendo la necesidad de preservar la unidad de la Iglesia en un mundo cada vez más polarizado. Su enfoque moderado y conciliador busca tender puentes entre las corrientes progresistas y conservadoras dentro de la Iglesia Católica. Además, su elección del nombre León XIV sugiere una continuidad con León XIII, conocido por su lucha contra la desigualdad y gran defensor del trabajo y los trabajadores.

León XIV también ha sido crítico de políticas migratorias restrictivas, como las implementadas por el expresidente Donald Trump. En varias ocasiones, ha expresado su oposición a la pena de muerte y ha abogado por una mayor inclusión y justicia social. Su postura en temas como la comunidad LGBTIQ+ es más conservadora, reflejando la complejidad de su visión pastoral.

La elección de León XIV ha sido recibida con entusiasmo en América Latina, donde líderes como la presidenta de Perú, Dina Boluarte, y la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, han destacado su conexión con la región y sus raíces latinas . Con una combinación única de experiencia pastoral y visión global, León XIV se prepara para liderar a la Iglesia Católica en un momento de profundos cambios y desafíos.