La difícil realidad de los migrantes a su paso por el territorio de nuestro país, no sólo se limita a relacionarse con “polleros” (traficantes de personas), sino que ahora niños, mujeres y hombres deben enfrentar la extorsión, amenazas, agresiones físicas y todo tipo de humillaciones de parte de agentes de Migración y de delincuentes integrantes de cárteles de las drogas.

Esta lamentable realidad quedó al descubierto con declaraciones de agentes migratorios que hablaron con reporteros de El Diario de Juárez, bajo la condición de anonimato para evitar represalias. 

Afirmaron que el tráfico ilegal de personas en situación de movilidad es dirigido por el propio Instituto Nacional de Migración (INM) que facilita el ingreso de extranjeros desde la frontera de Chiapas con destino final a Ciudad Juárez:

“Les otorgan visas o permisos ‘truqueados’ que les permiten viajar ‘de manera segura’ por el país vía aérea y al llegar aquí (Ciudad Juárez) las personas quedan a merced de los integrantes de la delincuencia organizada”, acusaron empleados federales. 

Aseguraron en las entrevistas que sus denuncias son motivadas por el hartazgo ante la situación que prevalece en la Oficina de Representación del INM en Chihuahua, ante el nivel de corrupción que –dijeron- ahí existe, pues “como nunca” el Instituto operando como cualquier grupo delictivo y de manera impune, pues no existen denuncias por parte de los afectados.

En otro punto de la entrevista, los agentes migratorios también revelaron que el auge del tráfico ilegal de personas en la frontera norte, se debe a actos de complicidad y corrupción entre Migración y grupos delictivos que forman parte de cárteles de las drogas, como “La Empresa”, “La Línea” y “Los Chapitos”.

Señalaron que, previo al incendio de la estación migratoria de Ciudad Juárez el 27 de marzo de 2023, el gran negocio del tráfico de migrantes alcanzaba a los mandos de la oficina del INM en Chihuahua, quienes celebraron acuerdos con los grupos delictivos para mantenerse al margen de la operación de los “polleros”, bajo el argumento de que “era por seguridad”.

“De jefes a jefes” fueron esas negociaciones, precisaron los denunciantes.

Los grupos criminales están a cargo del tráfico, mientras que los “soldados”, “la tropa”, “los de mero abajo de esta cadena”, son los que se han dedicado a la extorsión y el secuestro de migrantes, ya que sus jefes están trabajando en los cruces seguros de quienes les permiten obtener ganancias millonarias.

Según los entrevistados, el territorio para el tráfico de migrantes está dividido en tres partes de la siguiente manera:

“La Empresa” opera por el área de Anapra hasta San Jerónimo-Santa Teresa; “La Línea” está a cargo del parque de Las Tortugas hasta Riberas del Bravo, y del Valle de Juárez y hasta Ojinaga opera el grupo de los sinaloenses”. Mientras que

“el aeropuerto es del comisionado Francisco Garduño Yáñez y cuestionarlo tiene su costo”, señalaron los denunciantes. 

Mencionaron que cuando Manuel Alfonso Marín Salazar, nombrado titular de la oficina Instituto en el estado de Chihuahua, en mayo del 2023, tres el incendió en la Estación Migratoria de Ciudad Juárez, “se dio cuenta de cómo funciona el aeropuerto y descubren que “están detectando tarjetas humanitarias legítimas que eran tarjetas verdaderas y los folios también existían con nombre, pero les cambiaban la foto en la oficina del INM en Chiapas y los dejaban pasar”. 

Aseguraron que Marín Salazar reportó la situación ante Garduño Yáñez y en menos de dos semanas lo quitó del cargo. 

“Lo que se concluye es que el INM vende toda la ruta, no sólo la tarjeta, es decir, la persona paga para viajar del sur del país hasta esta ciudad y ese es el negocio del comisionado, porque como él dice, ya no va a ser nada, sus aspiraciones políticas se acabaron dentro de Morena”, plantearon.

Mencionaron que los operativos en la carretera continúan, al igual que en el tren, sin embargo, consideran que está cerrando las carreteras para que las organizaciones que se dedican al tráfico de migrantes tengan que optar por los aeropuertos, por eso cierra esa puerta.

Estos operativos han generado molestia y nerviosismo entre el personal, pues están trabajando turnos de más de 24 horas, los administrativos tienen largas jornadas y los jefes de departamento ya están renunciando al observar un cúmulo de irregularidades y temen que, de haber investigaciones “el hilo se rompa por lo más delgado”. Otra terrible realidad de corrupción en la 4T.

Por Abel López Jiménez.