Por Luis Martínez Alcántara

La reciente alza en los contagios de metapneumovirus humano (HMPV) en China generó preocupación, evocando recuerdos del inicio de la pandemia de COVID-19. Desde el 16 de diciembre de 2024, las autoridades chinas han reportado un incremento significativo en los casos de enfermedades respiratorias, lo que ha llevado a comparaciones con la propagación del coronavirus en sus primeras etapas. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que estos aumentos están dentro de lo esperado para la temporada invernal y no representan un brote inusual.

El metapneumovirus humano es un virus respiratorio común que circula principalmente durante el invierno y puede causar síntomas similares a los del resfriado común. La OMS indicó que, aunque algunos casos pueden requerir hospitalización debido a complicaciones como bronquitis o neumonía, la mayoría de las personas infectadas se recuperan sin necesidad de tratamiento médico. Este virus se transmite a través del contacto directo y es más peligroso para los grupos vulnerables, como los niños pequeños y los ancianos.

A pesar del aumento en los contagios, la OMS no ha emitido alertas sanitarias ni declarado estados de emergencia. Los expertos sugieren que el incremento en los casos se debe a epidemias estacionales comunes y no necesariamente a un nuevo virus emergente. En este contexto, es esencial mantener la calma y seguir las recomendaciones sanitarias habituales, como el uso de mascarillas y el lavado frecuente de manos.

La similitud entre el HMPV y COVID-19 radica en su propagación durante el invierno y su transmisión por contacto directo. Sin embargo, es crucial destacar que el metapneumovirus no es un virus nuevo; ha estado presente durante años y causa infecciones respiratorias estacionales. En comparación con el COVID-19, las tasas de hospitalización por HMPV son considerablemente más bajas.

Aunque el aumento de contagios de HMPV en China ha despertado inquietudes, la OMS asegura que la situación está bajo control y dentro del rango esperado. La vigilancia continua y el cumplimiento de las medidas sanitarias son fundamentales para mitigar cualquier riesgo potencial. La población debe estar informada pero no alarmada, ya que la mayoría de los casos son leves y manejables.