En una serie de declaraciones explosivas, Alejandro “Alito” Moreno, líder nacional del PRI, ha vinculado a destacados políticos mexicanos con diversos crímenes y escándalos. Durante una rueda de prensa, Moreno acusó a Manlio Fabio Beltrones de estar involucrado en el asesinato de Luis Donaldo Colosio, sugirió que Dulce María Sauri fue cómplice en el escándalo de Pemexgate, y lanzó duras críticas contra Aurelio Nuño.

“Alito” Moreno insinuó que Manlio Fabio Beltrones, un influyente exlíder del PRI, podría estar vinculado al asesinato de Luis Donaldo Colosio, ocurrido en 1994. Colosio, quien era candidato presidencial del PRI, fue asesinado durante un mitin en Tijuana, y su muerte ha sido objeto de numerosas teorías y especulaciones. La acusación de Moreno revive viejas polémicas y añade una nueva capa de intriga a este caso no resuelto.

Moreno también acusó a Dulce María Sauri, expresidenta del PRI, de complicidad en el escándalo de Pemexgate. Este caso, que estalló a principios de los 2000, involucró la desviación de fondos de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) hacia la campaña presidencial del PRI en 2000. Las acusaciones de Moreno contra Sauri reabren heridas en el partido y cuestionan la integridad de antiguos líderes.

“Alito” también lanzó duras críticas contra Aurelio Nuño, exsecretario de Educación Pública y cercano colaborador de Enrique Peña Nieto. Moreno afirmó que Nuño “no tiene madre”, una expresión que en México denota desprecio y condena moral. Estas palabras han sido interpretadas como un reflejo de las tensiones internas y los conflictos personales dentro del partido.

Las declaraciones de “Alito” Moreno han provocado una ola de reacciones entre políticos, analistas y ciudadanos. Mientras algunos apoyan la franqueza del líder del PRI y su disposición a confrontar a figuras poderosas, otros critican sus métodos y cuestionan la veracidad de sus acusaciones. La tensión dentro del PRI parece estar en aumento, y estas acusaciones podrían tener implicaciones significativas para la cohesión y el futuro del partido.

 

Por Luis Martínez Alcántara.