Por Luis Martínez Alcántara

Peanut, una ardilla huérfana que se convirtió en un fenómeno de las redes sociales, dejó una huella imborrable en la vida de su dueño, Mark Longo. Su historia comenzó hace siete años, cuando un automóvil atropelló a su madre, dejándola sola y vulnerable. 

Mark, conocido como squirrel_dad_12 en Instagram, decidió adoptarla y cuidarla como parte de su familia. Juntos, crearon contenido viral que capturó la atención de miles de seguidores en plataformas como Instagram y TikTok, donde Peanut se mostraba haciendo trucos adorables y luciendo disfraces encantadores.

La popularidad de Peanut creció rápidamente, convirtiéndose en una estrella en línea que inspiró a muchos. Su carisma y personalidad cautivadora llevaron a la creación de P’Nuts Freedom Farm, un santuario para animales rescatados donde Mark y su esposa albergan a aproximadamente 300 animales. Este espacio no solo fue un refugio para Peanut, sino también un testimonio del amor y dedicación que Mark tenía hacia los animales. Sin embargo, esta historia de amor y alegría tuvo un giro trágico.

El 30 de octubre de 2024, las autoridades del Departamento de Conservación Ambiental (DEC) de Nueva York confiscaron a Peanut tras recibir quejas anónimas sobre su tenencia. Los vecinos expresaron preocupaciones sobre la posibilidad de rabia y la legalidad de tener una ardilla como mascota. A pesar de los esfuerzos de Mark por defender a Peanut y apelar a la comunidad en redes sociales, las autoridades decidieron sacrificarla junto con un mapache llamado Fred que también vivía con ellos. Esta decisión generó una ola de indignación entre sus seguidores y amantes de los animales.

La noticia del sacrificio devastó a quienes habían seguido la vida de Peanut durante años. Mark compartió su dolor en las redes sociales, lamentando la pérdida de su mejor amiga y criticando a aquellos que habían denunciado su situación. En sus palabras: “Nos rompe el corazón que hubiera gente mala que te alejara de nosotros”. La tristeza por la muerte de Peanut se extendió rápidamente por internet, evidenciando el profundo vínculo emocional que muchos habían desarrollado con ella.

La propuesta de una nueva legislación llamada “Ley Peanut” busca establecer protecciones para animales como ella, resaltando la necesidad de equilibrar el bienestar animal con las preocupaciones sobre la salud pública. La historia de Peanut no solo es un recordatorio del amor que los humanos pueden ofrecer a los animales rescatados, sino también una llamada a la acción para reconsiderar cómo se manejan estas relaciones en el futuro.