Por Luis Martínez Alcántara 

CIUDAD DE MÉXICO.- Kamala Harris, virtual candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, anunció que, de llegar a la Casa Blanca, implementará un aumento en la tasa de impuestos corporativos del 21% al 28%.

Esta medida busca asegurar que los multimillonarios y las grandes corporaciones contribuyan de manera equitativa al sistema fiscal, lo que, según su campaña, permitiría devolver dinero a los bolsillos de los trabajadores.

El portavoz de la campaña de Harris, James Singer, explicó que este ajuste fiscal sería una forma responsable de equilibrar las finanzas y de fomentar una distribución más justa de la riqueza.

En línea con la política fiscal del actual presidente Joe Biden, Harris se comprometió a no aumentar los impuestos a aquellos que ganan 400 mil dólares o menos al año. Esta promesa refleja la intención de proteger a la clase media y a los trabajadores, mientras se busca una mayor contribución de quienes poseen mayores recursos económicos.

Esta política contrasta con la reforma fiscal de la administración de Donald Trump, que redujo la tasa impositiva corporativa del 35% al 21% y otorgó exenciones fiscales que están próximas a expirar.

Además de su propuesta de aumento de impuestos a las megaempresas, Harris presentó recientemente un conjunto de medidas económicas bajo el concepto de una “economía de oportunidades”. Entre estas propuestas destacan la reducción de impuestos para la mayoría de los estadounidenses y la prohibición de la “especulación con los precios” en los supermercados, una práctica que ha sido criticada por contribuir al aumento del costo de vida.

El enfoque de Harris en una mayor equidad fiscal y en la protección de los consumidores busca posicionarla como una candidata que prioriza el bienestar de la mayoría, especialmente en un contexto de crecientes desigualdades económicas.