Por Luis Martínez Alcántara 

 

CIUDAD DE MÉXICO.- El exgobernador de Chihuahua, Javier Corral, estuvo a punto de ser detenido el miércoles por la noche en un restaurante de la Ciudad de México, acusado de peculado. Agentes de la Fiscalía Anticorrupción de Chihuahua llevaron a cabo un operativo en un restaurante de la colonia Roma, pero el titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, Ulises Lara, impidió la detención.

Lara argumentó que la colaboración entre ambas instituciones no había sido formalmente aceptada, lo que llevó a la interrupción del operativo.

Corral, quien renunció al Partido Acción Nacional tras gobernar Chihuahua y ahora es senador electo por Morena, denunció el intento de arresto como una persecución política. A través de un comunicado en su cuenta de X, el exgobernador afirmó no haber cometido delito alguno y subrayó que la falta de autorización para su detención hacía que esta fuera ilegal.

Corral destacó que la intervención de la Fiscalía de la Ciudad de México salvaguardó su integridad física, libertad y derechos.

El político también presentó una denuncia contra la Gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, y otros funcionarios por presuntos delitos de abuso de autoridad y privación ilegal de la libertad. Corral defendió su administración en Chihuahua, señalando que actuó en estricto apego a la legalidad y en combate contra la corrupción, lo que incluyó acciones legales contra la actual Gobernadora, quien en su momento estuvo vinculada a proceso.

Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó el intento de arresto como una “venganza” de la Gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, en alianza con el exgobernador priista César Duarte. López Obrador argumentó que esta acción se debe a las acusaciones que Corral promovió en contra de Duarte, quien fue extraditado desde Estados Unidos. En su conferencia matutina, el presidente enfatizó la realidad política detrás del caso, dejando de lado los aspectos legales formales.