Por Luis Martínez Alcántara 

 

CIUDAD DE MÉXICO.- La migración de las mariposas monarca hacia México ya comenzó, y en las carreteras de Canadá, los automovilistas se encontraron con emotivos mensajes de despedida para estos hermosos insectos.

A través de anuncios panorámicos, se les deseó un buen viaje en su épica travesía anual hacia tierras mexicanas. Estos letreros reflejaron el cariño y la conciencia sobre la importancia de las mariposas, que recorren hasta 4,800 kilómetros desde Canadá y Estados Unidos hasta la Reserva de la Biosfera Santuario de la Mariposa Monarca, ubicada en Michoacán y el Estado de México.

Las mariposas monarca son famosas por sus migraciones sincronizadas, que se dividen en dos rutas principales: la del este, que involucra a las mariposas que parten de las montañas Rocosas orientales y la del oeste, que abarca aquellas que migran desde las montañas Rocosas occidentales hacia la costa de California.

La migración del este, que representa la mayor parte de la población de monarcas en América del Norte, culmina en el centro de México, mientras que la del oeste, más reducida, llega a California.

El viaje de las mariposas monarca comienza generalmente a mediados de agosto y continúa hasta su llegada a México en septiembre y octubre. Durante su trayecto, atraviesan varios estados mexicanos, como Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, Querétaro, Zacatecas, y Michoacán, entre otros.

Su retorno hacia Estados Unidos comienza en marzo, marcando el ciclo migratorio de estas mariposas que, al ser migratorias, viven entre 8 y 9 meses, en comparación con las no migratorias, que solo viven alrededor de un mes.

Sin embargo, la situación de las mariposas monarca es preocupante. Están catalogadas como una especie amenazada en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Entre las principales amenazas para su supervivencia se encuentra la agricultura industrial y el uso de plaguicidas, especialmente el glifosato, que elimina el algodoncillo, una planta esencial para su reproducción y alimentación. La reducción del 68% en la disponibilidad de esta planta ha afectado gravemente a las mariposas.

La conservación de las mariposas monarca es vital para el equilibrio de los ecosistemas, ya que conectan hábitats distantes y transportan nutrientes esenciales a lo largo de sus migraciones. Las personas pueden contribuir plantando algodoncillo nativo, restaurando zonas afectadas por la actividad humana y evitando el uso de plaguicidas.