El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) alerta que la principal preocupación del próximo gobierno será la insostenibilidad de las finanzas públicas a causa de la gran cantidad de compromisos presupuestales contraídos por la actual administración, sin fondeo propio y con la contratación de deuda por 7.1 billones de pesos.

“Hasta ahora el discurso de las autoridades resalta la salud financiera del sector público, su eficiencia recaudatoria, una asignación adecuada de los recursos públicos y la no contratación adicional de deuda. Evidentemente, eso puede ser cuestionable”, señaló la institución en su Análisis Económico Ejecutivo semanal.

Si bien es cierto, dice el CEESP, que al considerar la estimación preliminar de los Criterios Generales de Política Económica para 2025, los ingresos del sector público habrán aumentado 9.6% en términos reales a lo largo del sexenio, es evidente que la política de gasto ha reportado aumentos mayores, generando un desbalance importante para éste 2024.

Asegura que, por el lado del gasto, la creación de un importante número de programas asistenciales y proyectos poco o nada rentables social y económicamente, “con el objetivo principal de mantener la preferencia de la población”, demandó una notoria cantidad de recursos.

De esa forma, en esta administración federal el gasto total habrá aumentado 23.2% en términos reales, cuando un sexenio antes lo hizo 8.4%:

“Esta situación propició que, ejercicio tras ejercicio fiscal del sexenio, se reportaron déficits cada vez mayores, a tal grado que para 2024 se prevé un déficit total, considerando el concepto de requerimientos financieros del sector público, de casi 2 billones de pesos, históricamente el más elevado”, sostiene en su análisis.

Subrayó, por lo tanto, que en el sexenio se habrá acumulado un déficit total de 7.1 billones de pesos, más del doble de lo acumulado en el periodo previo: “Esto se reflejó en la necesidad de mayores recursos, de tal manera que la fuente principal para hacer frente a estos desequilibrios fue la contratación de deuda”, afirmó.

Pronostica que para 2025, la estimación preliminar considera un ajuste importante en el gasto público, una disminución real de 8.8%, “lo que en principio parece buena noticia tras el excesivo gasto en años anteriores”.

“Esto responde principalmente a la terminación de los proyectos insignia del gobierno”, apunta.

Así, a pesar de que ya no habrá recursos para proyectos como el Tren Maya, Dos Bocas o el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), los programas prioritarios permanecen y se estima que para 2025 tendrán un costo total de 1.3 billones de pesos, una quinta parte del gasto programable total que autoriza anualmente el Congreso de la Unión.

“Planear para los siguientes años será complicado aun cuando se mantenga el partido actual en el poder. Su discurso de escenarios que se apoyan en otros datos puede seguir generando un ambiente de excesivo optimismo”, el problema será cómo sostener los programas sociales y demás proyectos públicos, advierte el CEESP.

 

Por Abel López Jiménez