Surgen malas noticias para México tras la serie de apagones eléctricos registrados en días pasados y que afectaron a la población de unos 20 de estados, lo cual no pasó desapercibido para los inversionistas extranjeros, quienes a través de la estrategia comercial del llamado nearshoring, ahora están exigiendo a nuestro gobierno que les garantice el suministro y no les importa si es público y privado.

Lo que les interesa es el abasto confiable para sus empresas. La pregunta es si el gobierno federal, a través de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), les va a garantizar el suministro de energía eléctrica que le exijan los empresarios extranjeros.

Cabe señalar que el nearshoring es la estrategia de externalización por la que una empresa transfiere parte de su producción a terceros que, a pesar de ubicarse en otros países, están localizados en destinos cercanos y con una zona horaria semejante. Esta práctica surgió como respuesta al offshoring, con el objetivo de reducir sus costos de producción y buscar nuevos destinos de comercialización.

La realidad del momento fue descrita por el columnista Enrique Quintana en sus Coordenadas que publica en el diario El Finaciero, al imaginarse reuniones de empresarios en Estados Unidos o Inglaterra discutiendo el tema de posibles inversiones para México

La reflexión comienza así: Imagine por un momento la siguiente escena. Ubíquese en una sala de reuniones de un rascacielos de Nueva York o Londres.

Una gran empresa desarrolla una reunión de un comité que está definiendo si su próxima gran inversión puede ubicarse en México.

Hay muchos argumentos positivos que hacen pensar en las ventajas de esa ubicación: la cercanía geográfica al mercado más grande del mundo (EU); el tratado comercial que existe entre ambos países (TMEC) y la red de tratados que hay; la estabilidad relativa que ha tenido México a diferencia de lo que sucede en otros destinos, entre otros factores.

Pero resulta que en medio de esa reunión un asistente entrega a uno de los directivos una información que le pareció relevante para la evaluación: el comunicado del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) del 9 de mayo.

El texto decía lo siguiente: “A partir de las 18:47 horas del 9 de mayo de 2024 se declara Estado Operativo de Emergencia en el Sistema Interconectado Nacional, por lo que el Cenace llevará a cabo las acciones operativas conducentes”.

Dichas acciones, se supo poco después, fueron interrupciones selectivas de la provisión de electricidad, es decir, apagones, para evitar que se fuera a producir un colapso derivado de que la demanda eventualmente supere a la oferta.

Imagine la impresión con la que se quedaron los inversionistas al enterarse de que incluso antes de que cientos de nuevas plantas se instalen en México como producto del nearshoring, el suministro de electricidad está en riesgo.

A la mayor parte de los inversionistas no les importa si la compañía que les vende electricidad pertenece al gobierno o es del sector privado. No tienen ningún sesgo ideológico.

Lo que les interesa es que al abasto sea confiable y cada vez con mayor frecuencia, con un porcentaje cada vez más alto de electricidad generada con energías renovables y no con hidrocarburos.

Es probable que los asesores que una firma grande contrató para evaluar su instalación en México, le hayan explicado que no hay una crisis generalizada de suministro eléctrico, sino la existencia de picos de demanda que se generaron por el uso de aires acondicionados, sistemas de refrigeración y demás, asociados a una de las olas de calor más severas de los últimos años.

Una pregunta lógica y obligada que un directivo que estuviera evaluando la inversión en México haría es la siguiente: ¿qué posibilidades hay de que esta situación se produzca de nueva cuenta o de que incluso se agrave en el futuro?…

La respuesta oficial a esta pregunta es la que dio la CFE en su comunicado del día 12 de mayo por la noche. Dice textualmente: “La CFE informa que ha sostenido permanentemente reuniones técnicas con el Cenace y que entre los días 10, 11 y 12 de mayo, no ha habido suspensión del suministro eléctrico y actualmente funciona de manera normal y no hay ningún riesgo para el suministro de energía eléctrica en todo el país”.

El problema aquí es, además de los límites en la generación de energía eléctrica, tal vez el cuello de botella más serio sea en el sistema  de la transmisión.

Aún así, en estos momentos no se puede evaluar si los eventos recientes, la serie de apagones, influirán en alguna o algunas decisiones de inversión de empresas que estén pensando en localizarse en México o ampliar sus operaciones en el país.

Pero, tenga la certeza de que más de una empresa estará empezando a cuestionar respecto a los escenarios futuros de la provisión eléctrica para México.

 

Nota de Abel López Jiménez.