La estrategia de militarización de muchas actividades y sectores productivos del país, emprendida por el gobierno obradorista, llevó a sustituir a la mayoría de personal especializado en la Agencia Nacional de Aduanas (ANAM) por militares y marinos que casi nada sabían ese sector y sólo se hizo –según- pensando en combatir la corrupción en ese sector.

Pero la falta de experiencia de militares y marinos en el sector de las exportaciones e importaciones los ha llevado a cometer errores de operatividad.

El pasado 8 de febrero, las fallas registradas en el sistema de aduanas de la frontera norte paralizó el comercio entre México y Estados Unidos, principalmente de alimentos como la carne, respecto a la validación de pedimentos que impactaron a las exportaciones e importaciones de mercancías diversas.

“El cierre de las Aduanas (en Ciudad Juárez y Nuevo Laredo) tiene una grave afectación en el comercio internacional de México, genera retrasos significativos en todas las operaciones y ocasiona que plantas productivas ya estén parando operaciones por falta de materia prima”, lamentó el Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne).

La ANAM tuvo que reconocer en ese momento que, derivado de las fallas constantes registradas a nivel nacional en los aplicativos para procesar el despacho de mercancías, las operaciones quedaron suspendidas en su totalidad.

El sector industrial manifestó su malestar, pues tan sólo el sector cárnico, durante la segunda semana de febrero fueron paralizadas más de 3 mil 300 operaciones de traslado transfronterizo de cárnicos, cerca de 400 corresponden a exportaciones y 2 mil 900 a importaciones.

Ese fue el error que quedó registrado por la inexperiencia de militares y marinos llevados a un sector que no les correspondía, pero que ahí están.

La presencia del personal castrense en el sector aduanal en los últimos años ha sido notorio. Con datos actualizados a mayo de 2023, se observa que casi el 35% de las personas que laboran en las aduanas tiene una instrucción militar.

Es decir, de los 8 mil 175 empleados que sumaba la ANAM, 5 mil 347 son civiles, mientras que 2 mil 828 pertenecen a las Fuerzas Armadas (2 mil 384 pertenecen a la Secretaría de la Defensa Nacional y 444 a la Secretaría de Marina).

“Siguen siendo más civiles, dependemos de los civiles y queremos seguir dependiendo de ellos porque son quienes tienen la profesionalización y son los que nos hacen fuertes”, llegó a reconocer el Almirante en retiro Felipe Solano, director general de Operación Aduanera de la ANAM.

Pero fue más allá, al adelantar que “la perspectiva es capacitar al personal (castrense), e ir revelando poco a poco al personal civil por militar, pero poco a poco”.

Desde el inicio de esa estrategia el sector relacionado con el comercio exterior mexicano no auguró un futuro promisorio precisamente por la falta de conocimientos del personal militar, quienes en los últimos años han reflejado esta carencia elevando las revisiones a las mercancías que entran o salen del país, a pesar de contar con empresas certificadas para mantener la cadena de suministro.

 

Por Abel López Jiménez.