Desde el pasado fin de semana, en la torre de Petróleos Mexicano, estaban avisados que hoy lunes, llegaría a visitarlos un equipo de la Secretaría de Hacienda que dirige Rogelio Ramírez de la O, para iniciar una revisión a fondo de la situación financiera por la que atraviesa la empresa productiva del Estado mexicano.

Se dijo que esto es porque es una de las principales preocupaciones de la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y de Rogelio Ramírez de la O, de quien se sabe que no confía y además no lleva buena relación con el agrónomo Octavio Romero Oropeza, actual director general de Pemex.

En un artículo de Claudio Ochoa Huerta, publicado en El Universal, se dice que internamente en la petrolera están haciendo apuestas por quién llegará a esa dirección tras el triunfo de Sheinbaum a la presidencia.

Dicen que ya suenan nombres como Luz Elena González, Raquel Buenrostro, Lázaro Cárdenas Batel y Gerardo Esquivel. Este último es el que más le gusta a quienes quieren rescatar el barco, pero es el que más disgusta a quienes quieren que siga hundiéndose para desfalcarlo.

Uno de los focos rojos de atención para los próximos días en los pasillos de Pemex será la historia que ya sacó chispas y sacará más. La constructora ICA está reclamando el pago de mil millones de dólares. Sí, mil millones de dólares, por desacuerdos en la obra de la planta coquizadora de Salina Cruz.

En Pemex se negaron inicialmente a pagar porque consideran que los reclamos están basados en conceptos fantasma, como fluctuación del tipo de cambio. También denunciaron penalmente para evitar el pago, pero de pronto les llegó un durísimo regaño de Palacio Nacional. Extrañamente el más interesado en que se liquide el monto es el presidente López Obrador, amigo personal de Carlos Slim Helú, antes de que tenga que dejar el cargo.

Donde también están puestos los ojos es en quien señalan como el “nuevo rey del huachicol” o “el nuevo general Trawitz”. Así se refieren en Pemex a Javier Emiliano González del Villar, director de Logística y exfiscal de extinción de dominio con Marcelo Ebrard en el gobierno del ex Distrito Federal, hoy Coiudad de Méxcico.

González del Villar circula en al menos tres camionetas Suburban blindadas, bajo el argumento de que el crimen organizado quiere cazarlo, pero pocos se la creen. Al contrario.

Internamente a él le achacan el crecimiento de 117 por ciento en el robo de combustibles durante este sexenio. La mira está puesta también en dos de sus cercanos: Juan Pablo Martínez Iglesias, asesor ya despedido, y Stephano Fonseca Andrade, gerente de regulación, calidad desarrollo comercial.

Otro a quien no piensan dejar sin revisar es Alberto Velázquez, un hombre que vio cómo el agrónomo el actual director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, le inventó un puesto para salvarle la vida laboral, después de que el secretario de Hacienda, Ramírez de la O, lo quiso borrar del mapa. Velázquez es un operador de facto en el cargo de director de comercialización. Él controla la venta de todos los productos de Pemex con todo lo que eso implica.

Con todo esto, Claudia y Rogelio tienen razón en estar preocupados y en echar adelante una minuciosa revisión, asegura el articulista Claudio Ochoa Huerta.

 

Nota de Abel López Jiménez.