Migrantes que acampan junto al río Bravo, en la frontera de México con Estados Unidos, denunciaron que la Guardia Nacional de Texas les dispara balas de goma y de gas pimienta mientras duermen.

Los extranjeros afirmaron en Ciudad Juárez, Chihuahua, que, al llegar la noche, cuando no hay cámaras de la prensa en el lugar, los agentes texanos se tornan más agresivos y bajan hasta el afluente, que divide a ambos países, para ahuyentar a los migrantes con armas de proyectiles no mortales.

Imágenes captadas por EFE muestran a los oficiales de Texas en el lecho del río Bravo, cuyo centro es la frontera binacional, y también a integrantes con las armas no letales y los proyectiles que los soldados disparan a los migrantes, incluso cuando ya se han retirado al lado mexicano, según los denunciantes.

Antes de que los guardias texanos se percataran de la presencia de un grupo de periodistas de Ciudad Juárez y El Paso, dispararon balas de goma mientras recorrían el camino que hay entre el río Bravo y el muro fronterizo por el lado estadounidense.

El guatemalteco Jovany Flores afirmó que un guardia de Texas lo abordó en el lecho del río, donde con un arma en la mano lo obligó a retirarse hacia el lado mexicano.

El centroamericano dijo a EFE que es común que los militares bajen hasta medio río para obligarlos a retirarse y que su hijo Hansel, de 5 años, ya está muy atemorizado por los disparos que constantemente lanzan.

ABREN ACCESO DE PÚAS

Los agentes bajan al abrir un acceso en la barricada de alambre de navajas que el año pasado colocó el gobernador de Texas, Greg Abbott, para impedir el paso a los migrantes y al regresar al lado estadounidense la vuelven a cerrar.

Migrantes mostraron los moretones que dejan las balas de goma y de gas pimienta, así como algunos proyectiles que no alcanzan a reventarse al impactar con la arena del afluente.

Además de las agresiones con armas, señalaron migrantes apostados en el río, están las agresiones verbales constantes y el uso de rayos láser para dañar los ojos.

Las acciones de las autoridades texanas ocurren pese a que el presidente Andrés Manuel López Obrador, afirmó en mayo que el gobernador de Texas se ha “moderado” recientemente porque antes tenía una política “muy agresiva” contra migrantes y mexicanos.

También suceden en medio de crecientes operativos para frenar a los indocumentados en Estados Unidos y México, donde tan solo en el primer trimestre de 2024 la migración irregular interceptada por el gobierno mexicano creció en cerca de 200% anual hasta casi 360 mil personas.