Las protestas que sacuden universidades de todo EE.UU. no solo exigen el fin de la guerra en Gaza, los manifestantes buscan que sus escuelas desinviertan en empresas que tienen vínculos con Israel, un lazo financiero que, según defienden, las convierte en cómplices de un “genocidio”.

El término desinversión suele referirse a la venta de acciones en empresas que hacen negocios con un país determinado. Este es desde hace tiempo uno de los objetivos de un movimiento que busca frenar lo que considera operaciones hostiles de Israel y poner fin a la expansión de lo que la Organización de las Naciones Unidas ha dictaminado que son asentamientos ilegales.

Ahora, los manifestantes universitarios esperan obligar a sus universidades a desinvertir para presionar financieramente a las empresas que hacen negocios con Israel a que cumplan esos dos objetivos.

En Argentina, las universidades están enfrentando una reducción de financiamiento universitario en un 70% por los recortes presupuestarios significativos bajo la presidencia de Javier Milei, lo que ha llevado a una movilización masiva en defensa de la educación pública y gratuita.

La marcha, respaldada por estudiantes, docentes y sindicatos, busca contrarrestar los ataques del gobierno que acusa de “adoctrinamiento” en las instituciones educativas. La crisis financiera en las universidades ha llevado a situaciones extremas, como clases a oscuras y amenazas de cierre, generando preocupación por el mantenimiento de la calidad educativa y la pluralidad ideológica en el sistema universitario argentino.

Por Luis Martínez Alcántara.