Por Luis Martínez Alcántara
La reciente aprobación por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la primera vacuna contra la viruela de mono, conocida como mpox para niños, representa un avance significativo en la lucha contra esta enfermedad. Esta decisión se produce en un contexto donde los brotes de mpox han afectado a más de 120 países, con un número alarmante de casos y muertes, especialmente entre los más jóvenes.
La autorización de esta vacuna es crucial para frenar la propagación del virus, que ha demostrado ser particularmente letal en niños menores de 15 años en regiones como África.
Con el respaldo de donantes internacionales y organismos como UNICEF, se espera que esta nueva vacuna permita un acceso más equitativo y oportuno, especialmente en zonas donde el virus ha causado estragos. La estrategia global se centra en mitigar el impacto del mpox y prevenir futuros brotes a través de campañas de vacunación masivas.
En América del Norte, tanto Canadá como Estados Unidos han estado monitoreando de cerca la situación del mpox. Las autoridades sanitarias han comenzado a implementar programas de vacunación para adultos y están preparándose para incluir a los niños en sus estrategias de salud pública.
En América Latina la propagación del mpox ha llevado a varios países a intensificar sus esfuerzos en salud pública, con un enfoque particular en la educación sobre prevención y vacunación. La reciente aprobación de vacunas específicas para niños podría facilitar una respuesta más robusta ante futuros brotes. Los países latinoamericanos están buscando alianzas con instituciones globales para garantizar el acceso a estas vacunas y mejorar sus capacidades de respuesta ante emergencias sanitarias.
En México, el impacto del mpox ha sido significativo, especialmente entre los grupos más jóvenes. Las autoridades mexicanas están preparándose para integrar esta nueva opción dentro del programa nacional de vacunación, priorizando las áreas más afectadas por el virus.