Por Redacción:
Ciudad de México.- Con el regreso de la humedad y los cambios bruscos de temperatura, muchos capitalinos reportaron nariz tapada, estornudos y presión facial. La OMS y los CDC han documentado desde hace años que pasar tiempo en edificios húmedos o con moho se asocia a síntomas respiratorios (incluida congestión y rinitis alérgica) y exacerbaciones de asma; por eso, además de ventilar y reparar filtraciones, algunos lectores buscan opciones coadyuvantes para aliviar molestias. Aquí un repaso —para publicar hoy— de qué plantas cuentan con respaldo científico, qué efectos esperar y qué precauciones tomar
En el caso del eucalipto (Eucalyptus globulus), el comité de productos herbales de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA/HMPC) reconoce el aceite esencial como medicamento de uso tradicional para aliviar la tos asociada al resfriado; eso significa que su seguridad y uso están sustentados por décadas de empleo clínico, aunque sin ensayos robustos para todas las indicaciones. Ojo: no debe ingerirse el aceite esencial puro y se desaconseja en niños pequeños; médicos han reportado crisis convulsivas y otros efectos graves tras ingestión accidental en menores. En adultos, suele emplearse en cremas o inhalaciones siguiendo las indicaciones del producto.
La menta/mentol (Mentha × piperita, menthol) ofrece un matiz importante: ensayos clásicos muestran que mejora la sensación subjetiva de paso de aire —esa “frescura” que nos hace sentir la nariz más abierta—, pero no reduce de forma objetiva la resistencia nasal. Es decir, puede ayudar a sentirse menos congestionado, aunque el efecto es principalmente sensitivo. En personas con piel sensible, usar con moderación en la zona perinasal.
Para la tos productiva que suele acompañar resfriados y cuadros virales, los extractos de tomillo (Thymus vulgaris) combinados con hiedra (Hedera helix) sí tienen ensayos clínicos: en un estudio aleatorizado, la mezcla redujo los accesos de tos más que placebo y acortó el tiempo para lograr una mejoría del 50%. Investigaciones posteriores han replicado beneficios y, en 2025, un ensayo comparativo mostró que un extracto estandarizado de hiedra (EA 575) fue no inferior a otros tratamientos de referencia para bronquitis aguda. Estos productos se consiguen como jarabes; conviene revisar que indiquen el tipo de extracto y la dosis.
La saúco/elderberry (Sambucus) es popular en temporadas de resfriados, pero la literatura es heterogénea. Un ensayo pequeño reportó que un jarabe de Sambucus nigra acortó la duración de influenza frente a placebo, y revisiones más recientes señalan incertidumbre sobre beneficios y riesgos: podría ayudar modestamente, pero la evidencia es limitada y dependiente del producto. Importante: no consumir bayas crudas ni preparaciones caseras sin cocción, porque partes de la planta contienen glucósidos cianogénicos que pueden provocar náusea, vómito y diarrea; cocinar destruye esos compuestos. Autoridades sanitarias (NCCIH/CDC) y publicaciones académicas han documentado tanto episodios de intoxicación por jugo crudo como reducciones de esos compuestos con procesamiento térmico.
También se investiga Pelargonium sidoides (geranio sudafricano) para bronquitis aguda: metaanálisis y ensayos señalan alivio de síntomas frente a placebo, aunque no sustituye a la valoración médica cuando hay fiebre alta, dolor torácico o dificultad respiratoria. Algunos preparados combinan Pelargonium con hiedra; revisar siempre descripción del extracto y advertencias hepáticas en el etiquetado.
Si decides usar alguno de estos coadyuvantes, los expertos recomiendan hacerlo como complemento de medidas probadas: hidratación, lavados nasales con solución salina, descanso y control de humedad en interiores (ventilación, reparación de goteras, limpieza de moho). La OMS y los CDC coinciden en que remediar la humedad y eliminar moho reduce síntomas respiratorios en viviendas afectadas.
Seguridad básica
Las plantas descritas no reemplazan un diagnóstico. Evitar el uso de aceites esenciales por vía oral; en niños menores de 2 años no se recomiendan vapores concentrados de mentol/eucalipto ni fricciones con aceites esenciales. En embarazo, lactancia, o si se toman anticoagulantes, anticonvulsivos u otros fármacos, consultar primero. Ante fiebre persistente, dolor de cabeza intenso, dificultad para respirar o síntomas que duran más de 10 días, buscar atención médica. Estas advertencias están alineadas con guías y reportes de seguridad CDC/NIOSH, NCCIH y EMA.