Por Luis Martínez Alcántara
El estado de Louisiana llevó a cabo su primera ejecución utilizando gas nitrógeno, marcando un hito en la historia de las ejecuciones en Estados Unidos. El condenado, Jessie Hoffman Jr., de 46 años, fue declarado muerto a las 6:50 p.m. en la Penitenciaría Estatal de Louisiana, tras un procedimiento que duró 19 minutos.
Hoffman había sido condenado por el secuestro, violación y asesinato de Mary “Molly” Elliott en 1996. Durante la ejecución, se le administró gas nitrógeno a través de una máscara facial, lo que provocó una hipoxia letal al desplazar el oxígeno en su cuerpo. Este método ha sido objeto de debate debido a su novedad y a las preocupaciones sobre su humanidad.
Testigos presenciales informaron que Hoffman mostró movimientos convulsivos durante el procedimiento, incluyendo sacudidas y espasmos. A pesar de estas observaciones, las autoridades penitenciarias calificaron la ejecución como “impecable” y sin complicaciones.
Los abogados de Hoffman intentaron detener la ejecución argumentando que el uso de gas nitrógeno violaba la Octava Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que prohíbe castigos crueles e inusuales.
Además, señalaron que el método interfería con las prácticas de meditación y respiración de Hoffman, quien era budista. Sin embargo, la Corte Suprema rechazó la apelación y permitió que la ejecución procediera según lo programado.
Louisiana se convierte así en el segundo estado en utilizar el gas nitrógeno como método de ejecución, siguiendo los pasos de Alabama, que ha llevado a cabo varias ejecuciones con este procedimiento desde 2024.
La adopción de este método surge en medio de dificultades para obtener los fármacos necesarios para las inyecciones letales, lo que ha llevado a los estados a buscar alternativas para cumplir con las sentencias de pena de muerte.