En los últimos nueve meses de 2023, once mujeres internas en el Centro Federal de Readaptación Social número 16 (Cefereso 16) se quitaron la vida, desencadenando una crisis sin precedentes en la única prisión federal femenil de México. Las reclusas, de entre 25 y 44 años, murieron por ahorcamiento en un entorno vigilado por cientos de cámaras, pero no pudieron ser salvadas a tiempo.

Las muertes ocurrieron en medio de traslados masivos a una prisión de máxima seguridad sin atención médica adecuada, creando una espiral de suicidios que ha alarmado a familiares, abogados y organizaciones de derechos humanos. El Cefereso 16, ubicado en Coatlán del Río, Morelos, se presenta como una fortaleza imponente pero con signos de abandono en sus alrededores.

En 2019, Capital Inbursa, del empresario Carlos Slim, adquirió CRS Morelos, la compañía que administra el Cefereso 16. Esta adquisición, aprobada por la Comisión Federal de Competencia Económica, consolidó la privatización de la gestión penitenciaria en México. 

No obstante, la operación de estas cárceles ha sido costosa para el gobierno, que paga exorbitantes sumas por servicios deficientes. En 2021, casi el 70% del presupuesto total para las cárceles se destinó a estos contratos privados, situación que ha generado críticas y cuestionamientos sobre la transparencia y eficiencia de estos acuerdos.

La crisis en el Cefereso 16 se originó principalmente por los traslados masivos de reclusas de otros centros penitenciarios cerrados, una medida tomada para justificar los costos de los contratos privados. En poco más de un año, la población de internas aumentó en casi 500, llevando la cifra a 1.224 en mayo de 2023. Este incremento abrupto y la falta de preparación tanto de la prisión como de las reclusas crearon un ambiente propicio para el deterioro mental y emocional de las internas, culminando en la trágica serie de suicidios que ha sacudido al país.

 

Por Luis Martínez Alcántara.