Por Luis Martínez Alcántara

El candidato presidencial del Partido Republicano, Donald Trump, prometió imponer un arancel del 100% a todos los automóviles que ingresen a Estados Unidos desde México, si gana las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre.

Durante un mitin en Georgia, uno de los estados clave en la contienda, Trump enfatizó que esta medida forma parte de su plan para revitalizar la industria manufacturera nacional y frenar la dependencia de la producción extranjera. “La única manera de evitar estos aranceles es si las empresas deciden construir sus plantas aquí mismo, en Estados Unidos”, declaró el expresidente.

El anuncio de Trump llega apenas un día después de haber amenazado a la constructora John Deere con sanciones similares. Señaló que el objetivo es incentivar la creación de empleos en territorio estadounidense y advirtió sobre los planes de China para establecer fábricas en México, lo que, según él, incrementaría la competencia desleal en el sector.

Entre las propuestas del candidato republicano, destacó la implementación de una tasa impositiva del 15% para las empresas que fabriquen sus productos en Estados Unidos, con el fin de impulsar la reindustrialización del país. “Este renacimiento industrial es clave para recuperar los empleos perdidos y asegurar el futuro de los trabajadores estadounidenses”, afirmó. Trump hizo hincapié en que estas políticas serán prioridad desde el primer día de su mandato, si vuelve a la Casa Blanca.

Además de los aranceles, Trump propuso la creación de “zonas especiales” en tierras federales, donde las empresas tendrían impuestos y regulaciones ultra bajas. Según el ex presidente, estas zonas estarían diseñadas para atraer a los productores nacionales y fomentar la fabricación local, reduciendo así la dependencia de productos importados, especialmente aquellos provenientes de México y China.

Con esta retórica centrada en el proteccionismo económico, Trump busca atraer a los votantes de los estados industriales que podrían definir el resultado de las elecciones. El exmandatario reiteró que su plan será una solución a largo plazo para los problemas económicos del país, mientras acusa a su rival demócrata, Kamala Harris, de ser complaciente con los intereses extranjeros.