Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, consultoría de políticas públicas.

No sólo de datos vive el sistema financiero. Se requiere que sean abiertos o altamente accesibles para generar la inclusión financiera.

Los datos financieros abiertos representan la capacidad de compartir información a través de un ecosistema digital con un esfuerzo limitado o una intervención manual. Podría conferir  un aumento del 1,5 por ciento en el PIB para 2030 en el Reino Unido, la Unión Europea y Estados Unidos. Incluso, se calcula que llegaría hasta cinco por ciento en la India.

Más aún: los datos financieros abiertos son esenciales en la inclusión financiera, pueden crear valor económico al beneficiar a las instituciones financieras, individuos y clientes de pequeñas y medianas empresas y representan esenciales para pensar en la inclusión financiera de economías desarrolladas y emergentes como México.

Los beneficios resultan claves para los consumidores al generarse mayor acceso a los servicios financieros.

El intercambio abierto de datos puede permitir a los clientes comprar y utilizar servicios financieros a los que de otro modo no podrían acceder.

Por ejemplo, los datos abiertos pueden ayudar a evaluar la solvencia real de un solicitante de crédito mediante la obtención del historial de pago de alquileres, teléfono y facturas de servicios públicos. Ascendería el número de clientes potenciales con un sistema más realista que serviría a grupos potenciales de clientes convencionalmente marginados como los trabajadores gig o estudiantes.

Otra característica digna de destacar es la comodidad para el usuario. El intercambio de datos puede ahorrar tiempo a los clientes en sus interacciones con los proveedores de servicios financieros como productos hipotecarios sin requerir apoyo de un empleado.

Facilitar el cambio de cuentas de una institución a otra también se posibilitaría con los datos abiertos, lo que ayudaría a los clientes a obtener el mejor rendimiento.

Vale mencionar que las iniciativas de datos abiertos son cada vez más comunes en todo el mundo. Entre ellas se encuentran la Entidad de Implementación de la Banca Abierta del Reino Unido, la segunda Directiva de Servicios de Pago de la UE, las nuevas leyes de protección al consumidor de Australia, la redacción de directrices de datos abiertos de Brasil y la nueva Fundación de Tecnología Abierta de Nigeria (Open Banking Nigeria).

También se consideran esenciales para cerrar la brecha de riqueza racial en Estados Unidos y combatir los sesgos de la población en México, cuya población no bancarizada es de más del 60% y en algunos productos crediticios rebasa el 80%.

El sector de los servicios financieros tiene un papel fundamental que desempeñar en la lucha contra estas disparidades. Los datos abiertos son un primer y esencial paso para lograrlo.