Por Monserrat Californias
España marcó un hito histórico al eliminar la restricción de 1987 que impedía a las personas con VIH donar órganos a otros seropositivos. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó la nueva orden ministerial, impulsada por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y el Ministerio de Sanidad, que entró en vigor el 8 de julio de 2025.
Con este cambio, España se une a países como Estados Unidos y Sudáfrica que ya permitían esta práctica, y reconoce el importante avance de la terapia antirretroviral y la bioética aplicada.
Hasta ahora, las personas con VIH no podían donar ni recibir órganos de otros seropositivos debido a prejuicios y barreras legales antiguas. La nueva normativa exige que tanto donante como receptor tengan VIH controlado, cuenten con consentimiento informado y estén en centros hospitalarios autorizados. No se trata de una medida masiva, sino de un protocolo específico que busca garantizar seguridad médica y ética en cada caso trasplantado.
En México, esta novedad española genera expectativa. El sistema de salud enfrenta también listas de espera y estigmas similares. Aunque no existe una norma vigente sobre donación entre personas con VIH, el precedente europeo puede impulsar discusiones en comisiones sanitarias y comités de ética.
Los datos del BOE indican que en la última década, al menos 65 personas con VIH fallecidas en España podrían haber donado sus órganos, lo que habría posibilitado hasta 165 trasplantes más. En promedio, cada año alrededor de 50 pacientes con VIH están en lista de espera para trasplante; ahora podrán también recibir de donantes seropositivos, lo que diversifica las opciones y reduce tiempos de espera.
Más allá del beneficio clínico, la medida representa un paso en la reducción del estigma. La ministra de Sanidad, Mónica García, lo calificó como “una deuda histórica saldada” y un avance hacia la igualdad sanitaria. Este giro ético podría acelerar reformas en otros países, incluida México, hacia un sistema de salud más inclusivo.