Por Luis Martínez Alcántara
Un estudio reciente realizado por la aplicación de citas Gleeden, en colaboración con la consultora Dive Marketing, revela que el 33% de los mexicanos ha sido infiel a su pareja. Este informe, que analizó las tendencias en México, Colombia, Argentina y Brasil, también destaca que el 54% de los mexicanos ha participado en algún tipo de relación no monógama en algún momento de su vida.
Además de la infidelidad, otras prácticas de no monogamia incluyen relaciones abiertas (26%), poliamor (9%) y el intercambio de parejas o ‘swinger’ (9%). Estas formas de relación, aunque aún minoritarias, están ganando terreno en la sociedad mexicana, reflejando una mayor apertura hacia diferentes estructuras afectivas y sexuales.
El estudio también señala que las principales barreras para adoptar relaciones no monógamas en México son el respeto a los acuerdos y límites de la pareja (39%), consideraciones éticas y morales (30%) y la confianza (20%). Estos factores indican que, aunque hay una creciente aceptación, persisten desafíos culturales y personales que dificultan la adopción de estas prácticas.
La tendencia hacia la no monogamia en América Latina sugiere cambios significativos en las estructuras sociales y afectivas. En México, esta evolución podría estar relacionada con una mayor visibilidad de las diversidades sexuales y una creciente discusión sobre las formas alternativas de relacionarse, lo que implica una transformación en las normas tradicionales de pareja.
Estos hallazgos reflejan una sociedad en transición, donde las relaciones no monógamas están dejando de ser un tabú para convertirse en una opción válida para muchas personas. Sin embargo, la implementación de estas prácticas requiere de una comunicación abierta y acuerdos claros entre las partes involucradas para evitar conflictos y malentendidos.