Por Luis Martínez Alcántara
Chloe Kelly nació el 15 de enero de 1998 en Hanwell, Londres, y era la menor de siete hermanos. Desde muy joven, jugaba fútbol en las canchas cerradas (las famosas “jaulas”) del barrio de Ealing con sus cinco hermanos y amigos. Para ella, ser la única niña significó que nunca la trataron diferente y esa experiencia la fortaleció física y mentalmente.
Kelly se unió al Queens Park Rangers en su infancia y luego ingresó al Centro de Excelencia del Arsenal con apenas 12 años. Debía viajar casi dos horas en tren diariamente para entrenar, saliendo del colegio para regresar casi a las 11 de la noche, una rutina que describe como sacrificada pero formativa.
Su estilo de juego, breve e intenso, refleja aquel fútbol callejero que moldeó su carácter: velocidad, agresividad y creatividad. Ella misma reconoce que esas retas sin reglas fueron la base de su habilidad con el balón. Esa formación callejera es lo que define su identidad futbolística.
El 31 de julio de 2022, Chloe Kelly entró como suplente en la final de la Eurocopa ante Alemania y anotó en el tiempo extra el gol que le dio a Inglaterra su primer título europeo. Celebró quitándose la camiseta y agitando su top deportivo, un momento que se volvió icónico de empoderamiento femenino.
Actualmente juega como delantera en el Arsenal, club con el que ganó la Champions League femenina 2024-25 poco después de regresar en préstamo y luego firmar permanentemente. También ha sido clave para Inglaterra en la Euro 2025: marcó el gol de la victoria en semifinales frente a Italia como suplente, sellando la clasificación a la final.
Chloe Kelly es más que una goleadora: es símbolo de resiliencia y adaptabilidad. Superó una grave lesión de ligamento cruzado, luchó por espacio en Manchester City, y brilló en momentos decisivos. Su actitud combativa, surgida del fútbol callejero, sigue siendo su sello distintivo tanto en campo como fuera de él.